Dentro del mundo de los medicamentos, existe un grupo llamado ATMPs, que son las siglas en inglés de “Advanced Therapy Medicinal Products” o productos medicinales de terapia avanzada en castellano.
Este grupo incluye genes, tejidos o células. Se trata de formas de terapia, en mi opinión totalmente futuristas e interesantes. Tuve la gran oportunidad de conocer de cerca algunas de estas terapias en alguno de mis trabajos.
La variedad de condiciones para las que se están usando este tipo de terapias es muy amplia, por ejemplo, se están usando células mesenquimales de tejido adiposo para tratar fístulas difícilmente operables o reprogramando los linfocitos B de una persona con un virus para luego volver a adminístraselos y tratar un linfoma. Es un grupo importante de terapias que está ayudando a mucha gente.
¿Pero por qué estoy hablando de esto?
Recientemente se empezó a llamar microbioterapia al tratamiento con probióticos, por qué bueno, son microbios y tratan algo.
A pesar de que las bacterias con acción probiótica ni siquiera están consideradas a nivel legal como medicamentos, para mí, son desde luego un producto medicinal de terapia avanzada. Se trata de organismos vivos que tienen la capacidad de interaccionar con nuestro cuerpo al igual que lo puede hacer una célula mesenquimal o cualquier otro tipo de terapia avanzada.
No es mi intención comparar los productos medicinales de terapia avanzada con las bacterias con acción probiótica, se trata de mundos y regulaciones totalmente diferentes. Simplemente pretendo comunicar que los beneficios de tratar ciertas condiciones con bacterias están subestimados, no creo que ningún medicamento convencional tenga las capacidades que tiene una bacteria que ha evolucionado con nosotros millones de años.
¿Cuáles son están capacidades?
La principal, que son capaces de fermentar la fibra, y como resultado generar ácidos grasos, siendo el ácido butírico quizá el más relevante por tener propiedades antiinflamatorias y ser la principal fuente de energía de la célula intestinal. En estas fermentaciones también se producen vitaminas.
Las bacterias producen bacteriocinas, compuestos que matan otras bacterias. Esto es realmente interesante en determinadas situaciones.
Existe una interacción entre las bacterias y el sistema inmunológico, esta interacción es compleja y aún hay muchas cosas que no se conocen. La investigación en este sentido es muy activa.
Las bacterias con acción probiótica, incluso muertas, ejercen acciones a través de las proteínas que forman sus paredes, pero es importante asegurar que llegan vivas al intestino para que colonicen y realmente muestren su potencial.
El mercado de probióticos es muy amplio, existen miles de productos que aseguran ser beneficiosos pero la mayoría ni siquiera indican el número de cepa de la bacteria y algunos ni siquiera informan de las bacterias que los componen por asuntos de secreto comercial.
Es un mundo que no cuenta con la regulación que tienen los medicamentos en cuanto a composición cualitativa y cuantitativa. En algunos casos no hay evidencia detrás de los productos que comercializan ciertas empresas.
Encuentro mucha gente que ha tomado probióticos y afirman no haber tenido ningún beneficio, normalmente cuando reviso que han estado tomando encuentro productos de muy baja calidad y de dudosa identidad.
En resumen, como ya he comentado en algunos de mis artículos, si tienes problemas intestinales o por algún otro motivo te han aconsejado que tomes probióticos consulta a un profesional actualizado en microbioterapia. Una intervención eficaz lleva unos meses y desde luego tiene que ser con productos de calidad, que desafortunadamente no abundan.